La conexión directa desde celulares llega pronto
Starlink, el servicio de internet satelital de SpaceX, la empresa de Elon Musk, está por lanzar una novedad que podría cambiar las reglas del juego. A partir de ahora, habrá una opción que permitirá que los teléfonos se conecten directamente a internet mediante satélites, sin necesidad de antenas o aparatos especiales. ¡Una verdadera revolución en la conectividad!
La noticia llegó de la mano de Gwynne Shotwell, presidenta de SpaceX, quien anunció la integración de esta nueva modalidad después de haber concretado la compra de EchoStar por un impresionante monto de 17 mil millones de dólares. Se espera que esta función esté lista para finales de 2026, lo que haría desaparecer las zonas sin acceso a internet.
Cómo funciona la tecnología “Direct-to-Cell” de Starlink
La tecnología “Direct-to-Cell” promete que cualquier teléfono móvil pueda conectarse directamente a los satélites. Lo más interesante es que no se requerirán antenas o chips especiales. SpaceX está desarrollando satélites de nueva generación que pueden comunicarse usando los mismos protocolos que manejan las redes móviles de LTE y 5G.
Estos satélites actuarán como “torres celulares en el espacio”, lo que significa que podrán enviar y recibir señales directamente desde los teléfonos. Cada satélite tiene un alcance bastante amplio y, gracias a unos enlaces láser, pueden redirigir el tráfico de datos entre ellos. Esto no solo ayuda a reducir la latencia, sino que también mantiene la conexión estable, incluso en lugares alejados. Los smartphones, equipados con chips de empresas como Qualcomm o Samsung, podrán identificar automáticamente la red satelital cuando no haya servicio de las operadoras tradicionales.
El conjunto actual de Starlink Gen2 abarca miles de satélites más grandes y potentes que sus predecesores. Con antenas de hasta 25 metros cuadrados, ofrecen un ancho de banda 20 veces superior. Esto significa que, gracias a su interconexión vía láser, la señal fluye entre satélites antes de llegar a una estación terrestre, optimizando los datos y reduciendo tiempos de respuesta.
El plan para implementar este servicio será gradual. Primero estará disponible la mensajería y emergencias, luego las llamadas de voz y por último, datos móviles de alta velocidad con un rendimiento similar al 5G. La idea es llegar a ofrecer cobertura global, especialmente en áreas rurales, montañosas o marítimas, donde es costoso o prácticamente imposible instalar torres.
Starlink no pretende reemplazar a las operadoras móviles, sino complementar su oferta. Así, las compañías de telecomunicaciones podrán ampliar su alcance sin gastos enormes en infraestructura terrestre, mientras que los usuarios disfrutarán de una cobertura continua, incluso en lugares donde actualmente no hay señal.
Desafíos de esta nueva tecnología
A pesar de su gran novedosa propuesta, esta tecnología enfrenta desafíos técnicos y regulatorios. Para empezar, se deben resolver cuestiones de potencia, frecuencia y latencia. Las antenas de los celulares son pequeñas y tienen señales débiles, lo que significa que los satélites necesitan tener una sensibilidad y potencia mayores para asegurar la conexión sin agotar la batería del dispositivo.
En el ámbito regulatorio, cada país tiene sus propias normas sobre el uso del espectro radioeléctrico. Esto implica que SpaceX tendrá que negociar licencias en cada jurisdicción para operar en la banda S, cumpliendo con normativa internacional, lo que podría frenar el avance del servicio.
Desde el punto de vista económico, todavía está en el aire la viabilidad comercial. Desplegar estos satélites de segunda generación y mantener precios competitivos frente a las redes móviles tradicionales será clave. Si los costos son muy altos, el uso podría quedar limitado a empresas o a regiones rurales con pocas opciones.
Finalmente, un gran tema a considerar es la congestión orbital. Con más de 8.000 satélites Starlink ya en órbita y miles más en proyecto, el riesgo de colisiones y generación de basura espacial aumenta. Este es un desafío tanto técnico como ambiental que SpaceX tendrá que abordar, implementando sistemas automáticos para evitar colisiones y gestionando el desorbitado controlado de sus satélites.